Han pasado 12 años desde que se estrenó Avatar, la película que hizo encabronar a medio mundo porque tomó el nombre de la caricatura del momento Avatar (El Último Maestro del Aire) y resultó en confusión y lágrimas.
Pero dicha cinta de James Cameron revolucionó la industria de la exhibición en el cine con su innovador 3D y sus efectos hyper-fotorealistas. Después de esa cinta nada volvió a ser igual. Aunque la historia de la primera cinta es sumamente sencilla, tiene muchos matices que le agregan complejidad y profundidad, lo cual la hace hasta hoy un filme sumamente entretenido y de estudio.
Es 2022 y finalmente podemos ver las tan anunciadas y esperadas secuelas. Puedo decir que la espera valió la pena. Si creías que la primera cinta tenía efectos visuales revolucionarios… espera a que veas Avatar: El Camino del Agua en cines. Sobre todo con la experiencia del IMAX 3D. Aquí Cameron hace una mezcla de distintas velocidades en el filme, entremezclando un HFR (no sé si está a 48, 60 o 120 cuadros por segundo) con el tradicional 24 fps.
La integración entre los personajes humanos y los digitales es inigualable. Es todo lo que las películas del universo Marvel han intentado hacer y que simplemente no les ha funcionado… sobre todo en la fase más reciente. El sonido es impresionante y el score excelente.
¿Pero qué tal la historia? Pues… si somos sinceros, la historia es igual de sencilla que siempre. Ahora vemos a Jakesully con Naitiri y familia viviendo felizmente en los bosques de Pandora… hasta que llegan de nuevo los humanos a joderlo todo (el cual es finalmente el mensaje de la cinta: «Pinches humanos, echan todo a perder»). De ahí se convierten en la presa de un enemigo de la cinta anterior que lo único que quiere es venganza. Ahí se ven perseguidos y cazados, por lo que deciden dejar la tribu por el bien del pueblo y se van a buscar nuevos horizontes con las tribus del agua. Ahí descubrimos que hay variantes de los Na’vi, pues algunos están más adaptados a las condiciones marítimas.
Hasta cierto punto esto se convierte en un drama familiar lleno de acción. Una mezcla que James Cameron lleva a la perfección y que a través de tres horas te mantiene al borde del asiento. Simplemente quería ver más del mundo que Cameron y su grandioso equipo crearon. Bien podría decir que esta es una experiencia imperdible.
Vale muchísimo la pena regresar a las salas de cine para ver Avatar: El Camino del Agua, aunque sea por el espectáculo. La cinta conserva sus buenos mensajes ecológicos y ahora los une con lecciones familiares. Lo que si es un hecho es que Cameron debe de estrenar todas las películas que tenga bajo la manga, porque ha construido un universo como ningún otro y eso hoy en día es una hazaña extraordinaria. Simplemente ya no hacen películas así… no es un refrito, es una historia nueva. Distinta. Bien contada y que debes ver en el cine.
¿Siente la emoción del cine o la elección está en otro ámbito?