Una de las películas que esperaba ver este año era Éxodo: Dioses y Reyes. El ansiado día llegó, me levanté extremadamente temprano para ir al cine y fui impactado por 10 minutos de los peores comerciales que he visto en la historia de la publicidad… la mayor parte pertenecientes a cierto partido que se dice pro-medio ambiente.
Pero bueno, al terminar la molesta publicidad comenzó la función y desde el primer cuadro, con la elección de la tipografía para dar una breve introducción al filme, se vio la calidad que sólo Ridley Scott le podía imprimir a está historia épica.
Éxodo: Dioses y Reyes me gustó porque no es la típica historia bíblica que te muestra todo tal cual está contado tradicionalmente. La versión de Scott es racionalista y prácticamente elimina todos los trazos fantásticos, eso sin remover la magia que está al centro del relato. Tengo que señalar que aunque me gustó, sentí que le hizo falta algo que no sé que es.
Para mi Noé fue una película que falló al momento de contar una historia mágica porque quitó, en términos prácticos, el concepto de dios, pero dejó elementos ultra-fantásticos y una simbología fallida. En vez de ser el relato de un hombre que encuentra su camino en la vida, terminó siendo un choro fanático ambientalista… En Éxodo: Dioses y Reyes, quitan al 95% los elementos fantásticos pero dejan intacto el concepto de dios y aplica una simbología excelente. Este es el relato de un hombre que descubre su misión en la vida y el porque de su existencia.
La historia de Éxodo: Dioses y Reyes básicamente es la misma que en la biblia pero sometiendo los aspectos más fantásticos al riguroso método científico, para dar una coherencia cimentada en la realidad a todo lo que sucede, incluyendo las siete plagas y el cruce por el Mar Rojo.
Moisés y Ramsés están al centro de la narrativa, son hermanos que vienen de mundos distintos y que cuya relación es armoniosa hasta que comienzan las dudas y las sospechas. Aunado a esto también son un factor los prejuicios sobre razas y las creencias arraigadas culturalmente por generaciones.
Moisés es expulsado de Egipto por esto mismo y es allí que comienza su camino por descubrir quien es, llegando al clímax cuando tiene su primera conversación con Dios. La manera en la que Christian Bale hace la interpretación es excelente porque deja ver los matices de la personalidad del personaje bíblico, esto junto con los aspectos psicológicos que expone son una gran combinación… ¿Termina Moisés convirtiéndose en El Loco del pueblo?
Joel Edgerton interpreta al polo opuesto de Moisés, Ramsés. Este personaje es bastante enclenque, dudoso, y siempre cae en arrebatos emocionales que lo ponen en situaciones que progresivamente se van poniendo peores. Su temperamento (entre otras cosas) es lo que lo lleva a la ruina.
Llega el momento en la vida de todo individuo en el cual tiene que confrontarse a si mismo para encontrar su propia verdad. Bien dicen que Dios obra de maneras misteriosas, y en la película se ve claramente a que se refiere. Todo evento tiene una causa que lo produjo, y cada vivencia que tenemos es causal, no casual. Es en este camino, el acontecer de la vida, en donde podemos encontrar nuestra verdad.
En el caso de Moisés, vemos que en el momento en el que se deja de aferrar y está al punto más extremo del camino encuentra a Dios mediante su consciencia. Es cuando comienza a seguir sus dictados y puede guiar a su pueblo a la libertad. Esto es sumamente básico, pues sin consciencia no puede existir la libertad.
Los pueblos no pueden ser libres hasta que no son conscientes, pues al dejar a alguien más las decisiones importantes, ponen en manos ajenas sus destinos. Moisés se da cuenta de esto y lo resuelve de un modo bastante interesante.
Éxodo: Dioses y Reyes es una excelente película, los efectos visuales son magníficos, las actuaciones muy buenas, y la trama está para analizarse a profundidad, porque la complejidad de sus personajes es lo que la enriquece. Te recomiendo que la veas si estás buscando entretenimiento que ofrece espectáculo y que es para pensar.