Jurassic Park es la primera película que vi en el cine, así que puedo haber sido víctima de la nostalgia cuando vi Jurassic World. Pero ahora que analizo a fondo la cinta, puedo decir que ni siquiera intentaron seguir ese camino.
Jurassic World se defiende por si sola como la mejor secuela que pudiera tener la original y además de eso es el reboot perfecto para una saga. Abiertamente no lo van a admitir, pero es un hecho que esa es la idea detrás de esta nueva cinta, y eso no es para nada malo porque si hay secuelas darán para mucho.
En esta ocasión la trama se centra en un parque operacional al 100%, reciben poco más de 20,000 visitantes diarios y las atracciones son espectaculares. El problema es que, como siempre, la voracidad corporativa quiere más y más. Así que deciden encargarle al famoso Dr. Wu (BD Wong) que haga un «dinosaurio» nuevo para atraer más visitantes al parque. Ese fue el peor error que pudieron haber cometido.
¿Será que la gente ha perdido su capacidad de asombro? ¡Son dinosaurios por dios! Es lo extraño del mundo, se tienen maravillas y milagros por todos lados pero son tan cotidianos que no se dan cuenta del mundo en el que viven. Es toda una pena.
En medio de esa trama conocemos a Claire (Bryce Dallas Howard) quien se encarga de las operaciones de Jurassic World y quien es representativa de un sistema rígido y falto de corazón. También está Owen (Chris Pratt) quien es un Marine experto que se encarga de entrenar a los raptores, obviamente simboliza esa parte impredecible de la naturaleza y al héroe por excelencia. Ambos personajes se complementan y hacen una química bastante interesante.
Pero también tenemos a los dos niños (Ty Simpkins y Nick Robinson), sobrinos de Claire, que están en la isla por un fin de semana. Entre ellos deberán aprender lo que significa ser realmente hermanos y como trabajando en equipo todo funciona. ¿Hay un villano? Más allá de toda la ambición corporativa, también está Vincent D’Onofrio, que es prácticamente un monstruo.
Eso es a grandes rasgos y no voy a entrar en más detalles, Jurassic World es una película que merece ser descubierta por ti. Lo que si puedo decir es que la primera parte del filme se desarrolla como un espectáculo fantástico, todo para después convertirse en una pesadilla. Como diría Ian Malcolm: «Oh, yeah. Oooh, ahhh, that’s how it always starts. Then later there’s running and um, screaming.»
Ese aspecto está sumamente bien empleado, porque aunque todo pareciera estar muy bien en la superficie, realmente el caos comienza a crecer poco a poco hasta que se sale de control. De allí en adelante hay elementos bastante de película de terror que te pondrán al borde de la butaca (cosa que no esperaba con este film).
Las escenas de acción son vistosas, bien orquestadas y espectaculares. Igual y en algunas partes no está tan bien el CGI, pero el resto del tiempo se ven excelente. En cuanto a dirección, estoy seguro que Colin Trevorrow va a seguir agarrando blockbusters de este tipo, tiene las habilidades necesarias para contar este tipo de historia de una manera bastante humana y con la que te puedes relacionar con los personajes.
Igual y lo único que no me gustó fue la cantidad de animales muertos que hay dentro del filme, pero es una muestra de que el director no se tocó el corazón a la hora de agregar dramatismo a la trama. Eso es de aplaudirse, aquí no se andan con jaladas y lo muestran todo…
Jurassic World está entre las mejores películas que he podido ver este verano, si no es que la mejor. Esto sólo porque siempre me ha gustado más Jurassic Park que Mad Max, pero definitivamente este es uno de esos eventos cinematográficos que tienes que ver en el cine. Altamente recomendable.