Confieso que me gustan las películas sencillas y que tienen una trama sumamente simple. Tres Días para Matar es de ese tipo de cintas, pero no por eso es mala, al contrario es muy entretenida y divertida.
Habiendo dicho esto, no esperes ver un filme que va a acaparar los premios Oscar en su próxima entrega, pero si puedo decirte que saldrás con una sonrisa de la sala de cine. McG, el director, se ha distinguido porque sus trabajos siempre tienen el mismo corte, son comedias con acción y finalmente eso es lo que mejor sabe hacer. En esta ocasión presenta un thriller que está muy bien hecho.
Tres Días para Matar está protagonizada por Kevin Costner, quien interpreta un agente secreto, ya bastante maduro, que lo único que quiere es pasar más tiempo con su familia. Busca redimirse porque todos los años que pasó en servicio activo fue negligente con su esposa y su hija. Además de que se le detecta una enfermedad terminal y eso ayuda a que quiera rectificar su camino.
Sin embargo, el servicio nunca termina y lo requieren para un último trabajo. El que asegurará que su familia tenga un futuro digno en cuanto él ya no esté. Así que engaña a su esposa diciendo que ya se ha retirado, pero a la vez está haciendo esta última tarea y además tendrá que balancearlo todo para ganarse el cariño de su hija y posiblemente salvarse a si mismo de su enfermedad.
En pocas palabras es una película para toda la familia. Lo mejor es que se desarrolla en París, y la verdad, ¿a quién no le gusta París? Para mejorar todo esto la historia la escribe Luc Besson y el guion lo hizo él junto con Adi Hasak.
Las actuaciones son buenas y el elenco está muy bien seleccionado: Hailee Steinfeld es la hija, Connie Nielsen la esposa, Marc Andréoni es un comic relief, y Amber Heard es la femme fatale que le encarga el último trabajo al personaje de Kostner. De hecho Amber Heard es una de las razones más fuertes para ver esta cinta, es fascinante verla en pantalla.
Lo que más me gustó de la película fue en parte el humor que le imprime Costner a la trama, y en parte las escenas de acción. Hay una persecución en particular que está muy buena y que tiene unas imágenes bastante geniales.
Si hay algo que le faltó a Tres Días para Matar es profundidad. La trama es tan simple que no deja explorar más al protagonista, y tampoco las motivaciones de los villanos de la película. Le faltó desarrollar más a los personajes. Sin embargo si logré sentir empatía con el personaje de Kevin Costner. Hay cosas que podrían haber hecho mejor, pero es un filme bastante sólido.
Te recomiendo Tres Días para Matar como una película para pasar un buen rato. Hay acción, emoción y mujeres bellas, todo lo que cualquiera necesita para desestrezarse. Si a eso agregas unas palomitas de caramelo y un refresco, termina siendo una combinación perfecta para descansar el domingo.
1 comentario