Ya me había tardado en hacer esta reseña. Al salir de ver El Hobbit: Un Viaje Inesperado quedé en un estado de conmoción total. Lo que vi era en toda la extensión de la palabra: Fantástico.
Además de todo era justo lo que esperaba ver en pantalla: una aventura épica en todos los sentidos. Voy a admitir que no pude ver la película en HFR (High Frame Rate o Alta Velocidad de Cuadros por Segundo), la vi en 3D lo cual ya en estos momentos es lo más normal. En si todo el aspecto de tercera dimensión no agrega mucho, pero si es de creerse lo que dicen, con el HFR se ve mucho mejor todo.
Pero bueno… vamos a lo que vale la pena: La historia comienza con un increíble recorrido por la Comarca para después lanzarnos de lleno a una escena en la que conocemos a Thorin y sus ancestros. Ellos son enanos que encontraron una buena montaña para hacer su casa, pero la avaricia hizo que un poderoso dragón llamado Smaug se apoderara de su hogar y de todas sus riquezas.
A partir de ahí los enanos se han quedado sin hogar y lucharán para poder recobrarlo. Inmediatamente después de eso vemos como Bilbo Bolsón comienza a escribir su libro justo el día en el que llega Gandalf para festejar su cumpleaños -el comienzo de El Señor de los Anillos-. De ahí todo se torna como si fuera un flashback y comienza la aventura con un Bilbo mucho más joven y sin experiencia.
Lo maravilloso de la historia de El Hobbit: Un Viaje Inesperado es que nos presenta un mensaje profundo que trata de responder la pregunta primordial de todos los tiempos: ¿Quién soy? A veces no descubrimos nuestro verdadero potencial porque no nos aventamos a hacer las cosas. Esta película habla mucho de eso, de no oponerse al cambio, de fluir con la vida y de aprender de ella a través de las experiencias que vayan sucediendo.
De ahí que surja la conflictiva relación entre Bilbo y el enano líder Thorin Escudo de Roble, ya que son, por decirlo de alguna manera, diametralmente opuestos. Uno ha vivido siempre bajo la comodidad de su casa, y el otro ha tenido que batallar toda su vida. Así que cuando se conocen es como si dos mundos chocaran.
Hay varias secuencias dentro de El Hobbit: Un Viaje Inesperado que son un sueño llevado a la pantalla grande, para mi el momento en el que están en el viaje por las montañas es.. Wow. Tienen que verlo.
El desarrollo de ambos personajes es lo que mueve toda esta primera película. El Hobbit: Un Viaje Inesperado, no es una cinta perfecta ya que para mi presenta dos fallas muy importantes. Bilbo y Thorin reciben un desarrollo increíble en la trama, pero el resto de los personajes parecen estar de relleno -aquí refiriéndome al resto de los enanos- lo único que se logra saber de ellos es que son fieles seguidores de Thorin.
Obviamente no podrían contar la historia de todos los enanos en una película de 2 horas 40 minutos, pero podrían haber dado los generales de cada uno de ellos…
La segunda falla que le veo: No hay clímax. El Hobbit: Un Viaje Inesperado carece de un punto que eleve la trama, en dónde se sienta verdaderamente el conflicto y que sea un alivio cuando este termina. Las batallas son geniales, pero se siente diluido el final. Esto me da la impresión de que podrían haber cortado muchas cosas de la cinta para hacerla más ágil y sobre todo que funcionara mejor como una película individual.
Esto hasta cierto punto fue por la necedad de hacer tres películas, las cuales al principio no estaban planeadas. El filme parece no haber pasado por la etapa de edición. Muchas cosas con facilidad podrían haber sido escenas extras en el DVD (todo lo de Radagast por ejemplo). Pero bueno, eso no le quita la esencia a la aventura.
Cuando podamos ver las tres cintas juntas todo tendrá más sentido, pero mientras El Hobbit: Un Viaje Inesperado es la película que no se pueden perder este mes. Es una aventura que nos lleva de nueva cuenta a la Tierra Media y vale mucho la pena agarrar nuestras mochilas y lanzarnos en este viaje inesperado.
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