Habían pasado ya varios años desde que vimos a Matt Damon liberándose del sistema en Bourne Ultimatum, todo mundo pensó que allí terminaban sus aventuras. Pero no, porque tiempo después sacaron otro filme en el cual apareció Jeremy Renner que ocupó el papel titulado. El Legado Bourne no le gustó a muchas personas.
Y ahora es 2016, los tiempos han cambiado mucho una vez más y nos encontramos sumergidos en una ola interminable de información que día con día intenta confundirnos. Por si eso fuera poco, también estamos siendo vigilados día con día, hora con hora, segundo por segundo gracias a la tecnología que se ha vuelto parte fundamental de nuestras vidas.
Allí es en donde Jason Bourne tiene su mayor acierto. Retrata de una forma perfecta esa paranoia que se puede crear cuando sabes que te están monitoreando siempre. El Gran Hermano se volvió una realidad personal y ocurrió tan sigilosamente que nadie se ha dado cuenta de ello.
Es casi terrorífico saber que desde una ubicación remota en EUA puedan apagar toda una red eléctrica en un país tercermundista al otro lado del mundo. Parece algo de ciencia ficción, pero puedo decir que es real. El control global está sobre nosotros y no hay ningún Jason Bourne que se interponga con el proceso.
La historia de la cinta se centra en recientes descubrimientos sobre el pasado de Bourne por la ex-agente Nicky Parsons, interpretada nuevamente por Julia Stiles. Es información tan importante sobre Bourne que tiene que sacarlo de su escondite para informarlo.
Entonces todo se transforma en una especie de venganza personal para Bourne que termina enredándose con el director de la CIA, Tommy Lee Jones, y sus planes para usar Facebook una red social como su fuente más grande de información sobre la ciudadanía a nivel mundial. Todo en aras de mantener la paz y luchar contra el terrorismo. El mismo discurso de siempre.
Alicia Vikander toma un papel central en la historia, pues es la típica persona que llega a cortar cabezas con tal de seguir escalando en la jerarquía de la agencia. Ella misma se encarga en cierto punto de ir por Bourne y ocasiona unos cuantos estragos con repercusiones graves.
Puedo decir que Jason Bourne es la cinta más entretenida de la saga. No se reprimieron con nada en las escenas de acción y crearon secuencias increíbles. La mezcla de sonido es sumamente intensa e inclusive Paul Greengrass le bajó un poco (no mucho) a la Shaky Cam que siempre ha usado en sus películas, su trabajo como director es destacable por eso mismo. Su uso de la cámara es apropiado.
Si ya te has chutado toda la saga de Bourne, ver esta entrega de cierta manera sirve para cimentar un final. Es obvio que te la recomiendo. Si no has visto ninguna de las cintas anteriores, seguro que no entenderás las motivaciones de Bourne a un nivel tan personal como los fans de la saga, pero… igual y te diviertes. Échale un ojo antes de que salga de cartelera.