Una de las tantas modas que ha estado adoptando la industria gringa del cine es la de traer a la pantalla grande cintas basadas en populares juegos de vídeo y empezó hace ya un buen rato. Ejemplos sobran: Tomb Raider, Resident Evil, Doom, Street Fighter, Mortal Kombat y un largo etcétera. Así que ya era hora de ver una de las más exitosas franquicias de vídeojuegos de autos dar el salto al mundo del séptimo arte, el resultado es NEED FOR SPEED la película y esta es su reseña vía CINERGETICA… Arranquemos!
La historia no es cosa del otro mundo e incluye, traición, autos súper veloces, adrenalina (en un 85% de la película), una que otra reinita para echar taco de ojo, el típico tipo súper rudo todas mías que le hace la vida de cuadritos al guapo y bueno (bueno refiriéndome a que es el héroe de la cinta y siempre busca justicia y blablabla, no bueno de que está «sabrosón» ¿ok?) de la cinta, en pocas palabras es una peli palomera digna de chutarse un sábado o domingo por la tarde con su respectiva dosis de palomas, nachos y soda extra grande en compañía de toda tu parvada de comparsas.
Protagonizada por Aaron Paul mejor conocido por su papel del señor YEAH BITCH!!! En Breaking Bad (Jesse Pinkman) un corredor de autos llamado Tobey Marshall que es engañado, encarcelado y maltratado por la vida, él está en busca venganza después de que asesinan a uno de sus mejores amigos. Su camino lo lleva a involucrarse en una loca carrera de autos que cruzara toda Gringolandia, pero él no cuenta con que su cabeza tiene un precio y la carrera será un pretexto perfecto para sacarlo de circulación de manera definitiva.
A lo largo de la cinta esa carrera y el viaje personal que emprende Tobey se convierte en un camino de redención, donde se dará cuenta de que la vida no es tan fácil y mucho menos sencilla de resolver, muchísimo menos cuando tienes como premisa la venganza.
También conocerá a una hermosa chica de nombre Julia, interpretada por Imogen Poots, adicta a los autos y las carreras, pero con sus respectivos defectos: es sumamente presumida y es el polo totalmente opuesto a Tobey. Quizá por esa razón se convierte en su interés amoroso durante la historia.
El toque de madurez tanto actoral como de sabiduría dentro del elenco lo pone Michael Keaton quien da vida a Monarch un sujeto nada común, muy simpático y divertido que juega un papel vital dentro de la cinta. Ya solo falta contarles del malo de nombre Dino (si justo como la mascota de Los Picapiedra 🙂 ) y que es representado por Dominic Cooper, el es quien se las arregla para hacerle la vida de cuadritos al pobre Aaron Paul y lo hace tan bien en su papel que al salir de sala te darán ganas de encontrártelo en persona y partirle toda su mandarina en gajos, neta.
Toda esta combinación de elenco, historia, efectos en 3D que la neta cumplen y de manera más que satisfactoria pues literal sientes que saldrás del cine con una parte de algún auto que salió volando o empapado de gasolina, además de secuencias de acción y persecución logradas de manera brutal es lo que encontraras al momento de asistir a ver Need For Speed, cinta que tal vez no te deja mensajes muy filosóficos al abandonar la sala pero te hará pasar un rato bastante cool y entretenido.
La dirección corre a cargo de Scott Waugh, un ex stunt o doble de riesgo, quizá su experiencia en ese mundo ayudo de sobremanera para que todas y cada una de las secuencias de acción los haga estar al borde del asiento y elevar su adrenalina al máximo.
Concluyendo láncense a ver Need For Speed, sean fans o no de uno de los 19 títulos que conforman la franquicia, sean gamers o no, sean fanáticos de alguno de los actores que soportan la historia o no, pues total siempre es bueno experimentar nuevas situaciones y esta película en particular es perfecta para empezar a adentrarte en una de esas nuevas experiencias. Además de que serán testigos de cómo nace una nueva saga dentro del cine, la competencia directa de Rápido y Furioso, pero algo me dice que esta será totalmente superior en todos los sentidos ya veremos si me hacen tragar mis palabras con la séptima entrega de Toretto y Cía.
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