Siempre he dicho que no hay algo más grato que disfrutar de aquello que causa incertidumbre. Con Los Juegos del Destino no sabía que esperar porque recientemente no me ha gustado el trabajo de Jennifer Lawrence y Bradley Cooper se me hace un actor duro de roer -por lo menos la mayoría de las veces.
Pero Los Juegos del Destino enseña una cosa maravillosa: Todo, absolutamente todo, por el ángulo que se vea, tiene un lado positivo que hace que la vida tenga sentido y que nos motiva a seguir adelante. No importa la situación en la que te encuentres, todo tiene algo que se puede rescatar y sobre todo de lo cual se puede aprender.
Además de eso, todos estamos locos. No importa lo que digan, todos tenemos nuestras cosas ocultas y secretas que salen a la luz en los momentos menos apropiados. Y eso es lo más normal del mundo, y hay que aceptarlo. La historia nos presenta esto de una manera increíble.
Tenemos que Bradley Cooper interpreta a Pat, un maestro de historia con un tortuoso pasado lleno de tristeza e ira por cuestiones amorosas. Después de pasar un rato internado en una institución que pretende curar a los locos, es decir, un manicomio, se comienza a reintegrar a la sociedad.
Es ahí cuando conocemos a su padre (Robert De Niro), su madre (Jacki Weaver), su hermano (Shea Whigham), su amigo (John Ortiz), el policía encargado de «protegerlo» (Dash Mihok)… Y demuestran que tienen problemas inclusive mucho más dañinos que el que tiene el mismo Pat. Todos tienen manías, y ese es un punto fundamental dentro de la historia, es como cada quien decide lidiar con ellos lo que decide sus vidas.
Dentro de toda esta locura conoce a Tiffany, quien es retratada a la perfección por Jennifer Lawrence, y todo comienza a cambiar. Tiffany también tiene su buena carga de problemas emocionales, está sumergida en una tristeza crónica y su encuentro con Pat es pivotal para que ambos se desarrollen.
Y aunque todo esto suena muy dramático, en realidad Los Juegos del Destino es una película que se desenvuelve como si fuera una comedia, lo cual hace que la historia fluya y cada momento esté perfectamente justificado dentro de la cinta.
En si Los Juegos del Destino tiene durante toda la duración de la película una tensión muy sutil que te mantiene al borde del asiento, desde el hecho de que los protagonistas necesitan amor para encontrar utilidad a su locura, hasta las extrañas costumbres de Pat Senior para apostar. Es algo mágico que no se puede describir.
No me cabe la menor duda, Los Juegos del Destino es una película que será revisada muchas veces por la profundidad de su historia. Tiene momentos dramáticos, de comedia, de seriedad, muy románticos, pero sobre todo de mucho aprendizaje y eso es algo que aprecio bastante en cualquier película… Además de que está llena de amor.
Vayan a ver Los Juegos del Destino, lleven a sus seres queridos, compartan su locura y descubran que ya tienen todo para ser felices.
Waw, gracias por la reseña, por a tu descripción vi esta gran película.