Me encantan las películas de La Noche del Demonio. Recuerdo que en un principio pensé que la original sería una típica película para fajes, pero cuando la acción comienza, vaya que te arrastra hasta el plano astral y te hace vivir los horrores de los seres atrapados allí.
La secuela, a mi parecer, fue igual de buena. Ahora la trama se complicaba un poco más porque las cáscaras deshumanizadas que vivían allí poseyeron al padre y demás… Pero también hay buenas almas que están para ayudar. Fue una lucha del bien contra el mal dentro de su muy peculiar escala.
¿Qué hace que estas cintas sean tan buenas? En primer lugar, rompen con el esquema de las películas de terror en las cuales lo único que se busca es impactar de una manera bastante obvia. Aquí meten historias que son bastante creíbles dentro de lo que cabe, ¿acaso tu no has soñado nunca? Eso es bastante real y aquí lo tornan peligroso.
En segundo lugar y más importante, cuentan con personajes entrañables y que son bastante entretenidos. Buena historia y buenos personajes, definitivamente dan una excelente suma de ideas que convierten a la saga en algo único.
Pero bueno, La Noche del Demonio: Capítulo 3… Ésta es realmente una precuela porque seguimos un caso que atiende Elise Rainier (Lin Shaye) antes de lo que ya conocíamos. Todo comienza cuando una chica, Quinn Brenner (Stefanie Scott), que ha perdido a su madre intenta contactarla, pero en el proceso se le pega una entidad maligna que lo único que quiere es esclavizarla.
Toda la trama se desarrolla en torno a esto y vamos viendo como poco a poco es atrapada por sus redes, acechada día y noche, inclusive cuando menos se lo espera. Ella conoce a Elise cuando busca entablar una conversación en el más allá con su madre, pues cree que se comunica. Pero nada de eso… es la munga la que le responde.
Aquí hay dos vertientes muy buenas que ayudan a ampliar este universo de La Noche del Demonio. En primer lugar está la renuencia de Elise para regresar al negocio de viajar al más allá, y en segundo la situación familiar de Quinn que la pone en un estado de vulnerabilidad muy fuerte. Es el típico caso en el que la madre muere y ella tiene que encargarse de todo porque el papá está siempre ocupado.
Pero bueno, lejos de ese drama… Las escenas de terror si te van a meter varios sustos. Están muy bien orquestadas y ocurren justo cuando menos te lo podrías imaginar… aunque también cuando es obvio que sucederá. Mezclan a la perfección una historia bastante bien narrada por Leigh Whannell, que hace un trabajo excelente como director, y la cantidad necesaria de suspenso y terror. Es como un buen cóctel, todo está en su lugar.
Si hay algo que no me gustó fue el hecho de que muchas veces se siente forzada la interacción de algunos personajes que ya conocíamos… Podrían haber metido algo distinto. No diré cual personaje, pero es del más allá.
¿Vale la pena ver La Noche del Demonio: Capítulo 3? Claro que si. Si ya viste las anteriores, la tradición debe continuar y debes de ver esta también. De hecho, si no has visto ninguna de las otras, bien convendría comenzar con esta. Lánzate a verla para que te metan unos buenos sustos.