El Código Enigma es una gran película por donde se le vea. Tal vez por eso las nominaciones a diversos premios no se han hecho esperar y es una plataforma para que Benedict Cumberbatch (quien interpreta a Alan Turing) sea aún más reconocido en su carrera artística.
Turing es un personaje sumamente importante y muchos de los avances modernos se le pueden atribuir a él. En El Código Enigma vemos como fue su vida, desde que iba al colegio y le hacían bullying hasta que construyó una máquina capaz de derrotar a los Nazis… Fue todo un héroe.
Y sin embargo su gran problema era su homosexualidad. En aquellos tiempos dicha condición no sólo era vista muy mal en la sociedad inglesa, sino que era penada judicialmente; es decir, si eras gay en esa época y te cachaban, o te ibas a la cárcel o te castraban químicamente.
Pero bueno, lo genial de esta historia reside en una narrativa ligada a la perfección por Morten Tyldum, el director. Además de las increíbles actuaciones de Keira Kinghtley, Matthew Goode, Mark Strong… Me gustaría mencionar a todo el elenco pero sería una necedad.
Lo que más me gustó de la película fue la habilidad de entrelazar de una manera más que acertada los diferentes periodos en la vida de Turing, pues son narrados de una manera no lineal. No hay que dejarse engañar, esta cinta no sólo es una biografía, también es un pedazo de la reciente historia humana, cosa que se hace notar.
No me quiero meter mucho con la trama porque es tan buena que necesitas verla, pero si puedo hablar sobre el personaje principal. Dejando de lado su condición de homosexual (cosa que en estos tiempos es algo sumamente normal), vemos que Turing era un hombre extremadamente racional y con una inteligencia que lo ponía muy por delante de la mayoría de la gente.
Eso lo hacía peligroso y odiado entre sus colegas. Sin embargo, el cambio que tuvo a través de los años que duró la Segunda Guerra Mundial viene marcado por conocer a la mujer de su vida, Joan Clarke, y abrirse a compartir su conocimiento y hacer equipo con otros científicos.
¿De qué sirve la inteligencia de un hombre si no se comparte con el mundo? Aquí Turing aprende que trabajar en equipo es lo que le hará ganar la guerra. Necesita de los demás y no puede encerrarse en su propio mundo, la vida está hecha para vivirse en sociedad.
Finalmente Alan Turing fue un hombre, según la película, de una entereza fenomenal. Pues a pesar de todo tomó las decisiones correctas en su vida, siempre en estricto apego a sus ideales y fue así que se mantuvo congruente hasta el final.
El Código Enigma es de esas películas que no te puedes perder si te gustan las buenas historias. Además de que si ves todo lo que tenga relación con La Segunda Guerra Mundial, es una excelente adición a la larga biblioteca de películas que tocan el tema. Te recomiendo esta cinta, vale la pena y no te arrepentirás si la ves en el cine.