Quisiera ya no hablar de la estúpida pandemia, pero es totalmente relevante al estreno de la última película de James Bond, Sin Tiempo Para Morir o su título en inglés: No Time To Die. Esto es porque el estreno de este filme fue retrasado casi dos años y finalmente ha llegado a los cines.
No me he perdido ni una de las más recientes entregas de James Bond en el cine y obviamente no podía hacer una excepción con esta. La experiencia de ir al cine… está siendo reemplazada. Es entendible, llevamos casi dos años de pandemia y mucha gente ya de por si se estaba metiendo de lleno a los estrenos por streaming antes que ir las salas. Esto se ha hecho todavía más patente con la llegada de servicios como Disney+ y HBO Max, que estrenan películas AAA en sus plataformas tan solo unas semanas después de haberse lanzado en salas y algunas llegan a la par.
¿Por qué ir al cine? Es caro, la experiencia puede ser de buena a mala de manera aleatoria y existe el riesgo latente por contagio. ¿Por qué? Porque la experiencia es, en muchos de los casos, inigualable. La mayoría de la población en México no tienen una pantalla gigante ni un buen equipo de sonido. No somos EUA. Además de que estar en colectivo, disfrutando de una película, es algo que hace de ir al cine algo mágico.
Pero bueno, basta de romanticismos. El punto es que Sin Tiempo Para Morir se retrasó muchísimo. Escuchamos la (en mi opinión, soporífera) canción de Billie Eilish, la ídolo de la olvidada juventud actual, con mucho tiempo de anticipación. Fue una decisión comercial darle a esta chica la oportunidad de hacer el tema principal, pues Eilish estaba en uno de los puntos altos de su carrera. ¿Es una buena canción? De cuna si.
Daniel Craig siempre estuvo renuente a regresar como el agente 007. Simplemente creía que ya había dado todo lo que había que dar y… no se equivocaba. Tomando en cuenta que James Bond (el personaje) se quiere retirar para vivir una vida tranquila y normal desde Casino Royale… no se me hace sorpresivo. Al comienzo de Sin Tiempo Para Morir nos encontramos con un Bond que finalmente está retirado y feliz a lado de Lea Seydoux… pero el chiste le dura poco porque Spectre sigue vivo y va tras ellos.
Es ahí cuando nuevamente destruyen la vida normal de Bond tras negociar el cheque de Craig que regresa a este filme porque le han jurado que ahora si es la última película de su saga. Ahora tenemos nuevos enemigos, un tema no muy bien establecido en la trama y que termina de desvelarse hasta los últimos 30 minutos del filme, y un final que… deja mucho que desear.
¿De qué va esta cinta? En pocas palabras es James Bond en una aventura contra el tiempo para detener a un súpervillano que tiene en su poder un virus lleno de nanomáquinas que destruyen mediante el ADN sus objetivos. Puede atacar desde una persona en particular hasta etnias completas… todo usando solo el código genético. Si alguien recuerda las conspiraciones sobre el COVID 19… pues ahí está otra más.
El problema del guion de Cary Joji Fukunaga, quien también dirige, es que toma estilos y varias lecciones del libro de Christopher Nolan… inclusive hasta se robó a Hans Zimmer. Ya por ahí de la parte final de Sin Tiempo Para Morir parece que estamos escuchando y viendo el acto final de The Dark Knight Rises. El problema es que la película no tiene la chispa que tienen las cintas de Nolan… algo le faltó, sobre todo para no ser tan predecible en todos los momentos importantes.
La justificación de Freddy Mercury, bueno del villano interpretado por Rami Malek es… ¿inexistente? Solo porque un tipo de Spectre eliminó a su familia, el se sintió justificado para ser otro súper-villano que imita lo más que puede a Blofeld… que también está en la película. El villano se queda sin explorar y sus motivos parecen de berrinche de chamaco de 10 años… creo que lo peor de todo es que su origen ni siquiera se toca, ¿cómo se convirtió en lo que es en la cinta? ¿Magia tal vez?
Finalmente, Spectre, la súper organización delictiva de la cual Bond lleva huyendo y luchando desde siempre, queda a nivel de cameo junto con Christoph Waltz, Ana de Armas y Jeffrey Wright. Solo están ahí como pivotes para que la trama no se detenga y finalmente son de poca consecuencia.
La película en si no es mala, pero se queda muy lejos de ser un buen cierre para el personaje de Daniel Craig. Todo el asunto se siente hueco y sin vida. La adición de Lashana Lynch al elenco solo responde a la agenda política global actual de inclusión. ¡Por fin tenemos una agente de color! ¡Es mujer empoderada! También tenemos al gay, a la latina y… me parece que solo faltó el asiático para tener todas las cajitas bien marcadas. Actualmente no se sirve a contar una buena historia, se sirve a seguir una agenda. Pero bueno, es lo que hay.
Finalmente… Sin Tiempo Para Morir es una de las películas que está haciendo que la gente vaya al cine en esta pandemia y eso si que se puede aplaudir.