Muchas de las películas que se hacen en México terminan obteniendo la clasificación de «pornomiseria» porque muestran de una manera insufrible la situación socioeconómica del país. Tan solo hay que ver cosas como Chicuarotes para saber de que estoy hablando.
Es un fenómeno chistoso porque las clases privilegiadas lo ven como una mera curiosidad y seguro se preguntan, «¿a poco así viven los jodidos? Que mal», mientras beben su café de starbucks y tuitean desde su iPhone.
En si no tendría problemas con eso, pero… ¿Por qué hacemos películas tan pinches? Puedes hacer pornomiseria y tener una narrativa increíble que atrape a la audiencia y al final le deje algo. Inclusive… ¡existe la posibilidad de ni siquiera tener que hacer pornomiseria y contar buenas historias! Pero bueno…
Tigre Blanco cumple con los requisitos básicos para ser pornomiseria: muestra la pobreza del país (India en este caso), las situaciones por las que pasa el protagonista son de lo más pinches y dadas por su pobreza, muestra que no hay forma de que eso cambie en un futuro cercano. Sin embargo, la película es narrada sumamente bien. Tiene una calidad técnica excelente y actuaciones fantásticas.
La historia sigue a Balram (Adarsh Gourav), un Indio que vive en la esclavitud que genera el sistema de castas de su país. Su expectativa real es que muera donde nació partiendo pedazos de carbón con un mazo. Pero Balram no es cualquier esclavo, él tiene visión (e inclusive podríamos meter la frase matona: no le tiene miedo al éxito). Por lo que un buen día decide que hará todo lo posible por salir del gallinero (como el mismo le llama) antes de que lo hagan caldo.
Su oportunidad llega cuando observa que el hijo menor de sus amos Ashok (Rajkumar Rao), junto con su esposa Pinky (Priyanka Chopra-Jonas), han regresado de Estados Unidos y necesitan un chofer. Es ahí que Balram hace hasta lo imposible para que lo contraten, inclusive vendiendo su alma a su fastidiosa abuela, quien le presta 300 rupias para que aprenda a manejar.
Poco a poco, con cada escena que pasa, Balram nos va narrando como pasó de ser un mero sirviente a un exitoso empresario en la India y la verdad es que la película hace una labor genial para mantener pegado al asiento.
Ramin Bahrani hace una labor fantástica como director y guionista. Cabe destacar que esta es una adaptación del libro que lleva el mismo nombre, el cual estuvo en las listas de best sellers hace ya varios años (2009 si no me equivoco).
La película no es perfecta. Aunque cuenta una historia muy buena, cae en ciertos clichés que se han visto hasta morir en muchísimas cintas, parte de eso es por la narración que comienza tipo Ratatouille, y en parte porque es el clásico cuento de «rags to riches» que La Cenicienta nos ha implantado tan bien. Inclusive hay que mencionar que la película se vuelve lenta por unos buenos quince minutos después de la mitad de la película.
A esto le añadiría que sentí el final un poco acelerado y no tiene realmente un impacto tan fuerte el climax… además de que la conclusión de la historia me dejó bastante vacío. Esperaba mucho más por todo lo que ya nos había contado Balram.
Pero bueno, desde el punto de vista político… es una película hecha en India para un público occidental, para las mentes Estadounidenses. Otra película que es igual a esta en cuanto a mentalidad es la Mexicana, Ya No Estoy Aquí. Ahora que lo pienso… inclusive en cuanto al guion y ritmo de la cinta pecan de lo mismo: final acelerado, mal climax y el final es vacío. Está pensado para que la gente con mayores privilegios que los protagonistas se sientan bien consigo mismos e inclusive tengan un poco de terror. «¿Cómo puede vivir esa gente así?» Bueno, el 99% de la población vive jodida. Bájate de tu nube.
Muy en específico la propaganda de la película es: cuidado con los pobres. Son muchos y te van a comer. No plantea soluciones al problema de la pobreza, lo que nos muestran es que para salir de jodido hay que estar dispuesto a todo. Todo. Matar. Robar. Estafar. ¿Cuántos ricos pueden decir que hicieron sus fortunas sin fastidiar a nadie? Buena pregunta para la reflexión.
Tigre Blanco es una buena película que tiene algunos problemas de ritmo, pero que al final me pareció buena. Es recomendable y toca temáticas como las que Parásitos o El Guasón tocaron en años anteriores. Vale la pena y está en Netflix.