Si hay algo que he llegado a comprender sobre esta vida es que no hay vuelta atrás con respecto a las decisiones y acciones que se toman. Por eso la mayor parte del tiempo se ocupa para corregir «errores» en lugar de aceptar las lecciones que nos dan.
Lo más notable de este hecho es que, por lo menos a mi me ha pasado, muchas veces elijo algo que no quería para mi, pero que en realidad es una opción como de «pues ya ni modo.» ¿Por qué conformarse con eso cuando se puede tener lo que realmente se quiere? ¿Por qué estar con una persona a la que no se ama realmente? ¿Por qué no sacrificar todo por Amor? El conformismo es, definitivamente, el peor veneno que se puede beber.
Es en el momento en el que se deja de luchar por lo que se quiere, todo toma un matiz como de pesadilla. Es ese hundimiento en las profundidades de la oscuridad propia, en donde se tiene la elección de encontrar la luz que nos guíe o existir bajo el falso velo de la fantasía.
¿Para que lamentarse o vivir con el remordimiento? La vida sigue avanzando y no hay vuelta atrás. El reloj no corre en reversa y perder el tiempo en intentar regresar a un estado anterior es inútil, aunque la ilusión de poder cambiar todo o simplemente «mejorarlo» siempre está presente. La única posibilidad es la transformación individual y los golpes de la vida son los que más ayudan.
Creo que ya fue mucho choro, pero Tal Vez es Para Siempre (Love, Rosie) es una película que hace claro este ejemplo. Lo mejor del asunto es que es una historia romántica poco convencional y bastante inteligente en su ejecución. Los personajes principales Rosie y Alex, Lily Collins y Sam Claflin, son muy interesantes.
Han sido amigos desde que tenían 5 y la gran interrogante es… ¿Podrían funcionar cómo pareja? Toda la historia se revuelve en el montón de decisiones que toman y los giros que dan sus vidas. Todo por un momento en específico que hace que la vida misma se desenvuelva frente a sus ojos, a veces con resultados muy dolorosos y otras tantas, con momentos llenos de felicidad.
Así es la vida finalmente, no puede ser todo miel sobre hojuelas porque hasta la dulzura cansa. Además de que no habría contraste si no existieran esos lapsos de crisis profundas. La película lo retrata de una forma perfecta, pues además de estar llena de emoción, hace argumentos bastante sólidos acerca de lo que es el amor.
Creo que sueno como disco rayado, pero el amor finalmente es sacrificio. Pero no en el sentido tan mal usado de la palabra, pues el sacrificar significa elevarse por encima de todo, una entrega total. El amor es atreverse a tomar la más bella rosa tras ser apuñalado por las espinas del rosal.
Me gustó mucho Tal Vez es Para Siempre porque sale de lo convencional y es una historia que se cuenta con un ritmo fenomenal. Las actuaciones son bastante sentidas y la química entre Claflin y Collins es palpable. Si quieres ver un relato romántico lleno de amor y momentos muy cómicos, esta es la opción que no te puedes perder.