¿Qué chingados estaba pensando Mackenzie Davis cuando aceptó este papel? La película de Presencias del Mal está basada en el libro The Turn of the Screw de Henry James que fue publicado en su totalidad en 1898, es decir hace poco más de un siglo. Obviamente aquí la idea es no pagar derechos de autor y utilizar una «propiedad intelectual» reconocida.
El gran problema es que la adaptación del libro a la pantalla grande es fatal. Tiene problemas por doquier, aunque por lo menos se esforzaron en trasladar todo el desarrollo a la década de los 90s. ¿Por qué esa década y no en la actualidad? Porque si metes un celular en la trama, la película se acaba en cinco minutos.
La historia sigue a Kate Mandell, interpretada por Davis, una institutriz que llega a la casa más macabra de todo estados unidos en donde viven un par de hermanos: Finn Wolfhard (conocido por Stranger Things) y Brooklynn Prince (la niña creepy pero alegre). Ahí el plan es que ella se dedique a darle educación a la pequeña pero todo se va al diablo cuando llega el hermano mayor que es una fichita.
Desde el desarrollo… si te fuiste a los 90s… ¿por qué no mejor a los 80s? El cambio sería mínimo y por lo menos habría música padre. Aquí hasta esa parte está desperdiciada. No hay nada que indique que estamos en los noventa, ni siquiera la ropa o la actitud de la protagonista, nada.
Pero bueno, continuando con esto… resulta que Kate tiene una madre con problemas mentales severos y está recluida en una institución. Esto dará pie a cuestionar la sanidad de Kate… el problema es que al principio vemos que la institutriz anterior era perseguida por algo o alguien y que cuando está por escapar se la escabechan.
Eso parece no importarles porque se pierde casi de inmediato. Además… intentan meter fantasmas y fenómenos paranormales para darle algo de tensión a la historia, pero todo resulta ser hasta ridículo cuando vemos que Trent Reznor es quien aterra a Kate (bien podría ser una alegoría en contra de Nine Inch Nails y a favor de Nirvana, el industrial destruyendo al grunge, aunque lo dudo).
El chiste es que al llegar al punto medio de la película en donde tenemos a Kate fuera de la casa y sumamente decidida a mandar todo a la chingada, porque entre que Finn Wolfhard es un pinche chamaquito creepy y que hay cosas paranormales… ¿para qué quedarse? Pero a pesar de eso la protagonista dice… bueno, si me quedo, ingue su.
Cosa que hace sin justificación alguna y sólo porque así aumentará el tiempo de duración de la película para que sea un largometraje. Pero es una total pena que hayan hecho esto, deberían de haber revisado el guion unas cuantas veces más.
Finalmente… la realidad es que Presencias del Mal es una mala película. Lo mejor es Mackenzie Davis que hila otra mala película en su haber (Terminator fue desastrosa), pero que por lo menos sigue en el juego y demuestra su oficio de la mejor manera.
No puedo recomendar Presencias del Mal. Tiene un final inexplicable que apela a la locura y que ignora lo que establecen dentro de la trama, lo cual incrementa el nivel de insatisfacción. Mejor busca otra cosa.